Mala letra en niños . Bases y signos de alarma en la adquisición de la escritura.
Las dificultades en la escritura manual o mala letra en niños es una de las razones más comunes en la derivación de niños al servicio de terapia ocupacional, sobre todo en el entorno escolar en aquellos países que cuentan con la figura del terapeuta ocupacional en la escuela.
Los niños con dificultad en la escritura acaban por dedicar mucha energía y atención a formar las letras y acaban por descuidar el contenido. Suelen tener sentimientos de fracaso, pierden el interés por ir al colegio, y la identidad ocupacional como alumno se ve manchada. Muchas veces son niños muy inteligentes, pero que los profesores acaban suspendiendo por mala letra en niños, porque no la entienden y piensan que son perezosos. A veces, quieren correr para poder escribir todo el contenido que conocen, y el resultado es horrible.
Hay estudios que demuestran que una buena caligrafía va asociado a buenos resultados, ya que la mayor parte del trabajo es escrito, aunque tener una buena motricidad fina no tiene que ir acompañado de una buena escritura.
La escritura manual es un proceso complejo en el que los niños deben coordinar los ojos, brazos, manos y dedos para la presión del lápiz, la postura corporal y la formación de las letras. Produce cambios a nivel cerebral ya que:
- Mejora la atención y focalización en la tarea
- Almacena y administra mejor los conocimientos
- Mejora la lectura
- Capta y comprende los mensajes escritos
- Mejora la comprensión e interpretación de los textos.
¿Cuáles son las bases necesarias para poder escribir?
Son muchos los componentes del desempeño ocupacional que están implícitos en la actividad de escritura. Componentes motores como el tono muscular y la estabilidad de los miembros superiores; componentes cognitivos como el mantenimiento de la atención y la alerta o la tolerancia a la frustración; componentes psico-sociales como la relación con los compañeros de mesa; componentes emocionales como la motivación y el control de emociones y componentes sensoriales relacionados con el sistema táctil, propioceptivo y vestibular. Hay 4 componentes que adquieren mayor importancia en este proceso y que forman las bases necesarias para que el niño pueda desempeñar una correcta escritura y por tanto reducir la posibilidad de que aparezca mala letra en niños:
- Control postural: para una buena postura los músculos que dan soporte a la pelvis, tronco, hombros y brazos tienen que trabajar de forma coordinada para moverse y mantenerse en contra de la gravedad y durante la actividad. Unas capacidades motoras gruesas fuertes dan al cuerpo un buen control postural necesario para un buen equilibrio y estabilidad que ayudan al niño a sentarse correctamente y poder liberar los movimientos de los miembros superiores al escribir. Para ello a veces será necesario adaptar el entorno con un reposapiés, un atril (para apoyar antebrazos) o un elevador o cojín en la silla, ya que si la mesa y silla no están adecuadas al tamaño del niño no estaremos favoreciendo la correcta postura sentado.
- Dominancia manual: significa que una mano tiene más control, por lo cual tiene mayor preferencia y desempeña más actividades que la otra. Normalmente se desenvuelve entre los 3 y 5 años de edad y tiene una gran carga genética. La mano dominante será la que ejerza el agarre del lápiz y la otra quien de soporte al papel (mano de apoyo), cuando el niño no tiene definida su dominancia habrá que evaluar con qué mano realiza las actividades motoras más finas y si tiene dificultades en el cruce de la línea media, ya que puede utilizar una mano u otra dependiendo de en qué lado se encuentra la actividad.
- Coordinación ojo-mano: es el resultado de una buena integración visual-motora en la que la parte visual se integra simultáneamente con la parte motora para la acción. Es la capacidad de controlar el trazado del lápiz para que sea firme y consistente con lo que el niño ve.
- Prensión/agarre del lápiz: a medida que aumenta el desarrollo general, la fuerza y la movilidad de la mano, la estabilidad del brazo y el hombro, hay una evolución hacia la siguiente etapa de desarrollo del agarre. Es importante respetar el desarrollo del agarre del lapicero según la edad del niño ya que la obligatoriedad de utilizar un agarre cuando el niño no está preparado madurativamente puede ser perjudicial desarrollando dificultades y rechazo hacia actividades como dibujar, pintar o escribir.
Signos de alarma:
Es importante detectar de manera temprana si están existiendo dificultades en la escritura, para que un equipo multidisciplinar pueda realizar una evaluación. De esta manera se puede determinar qué componente o componentes están dificultando el proceso de escritura y por tanto la aparición de una mala letra y poder así empezar a trabajar sobre ello. A continuación, detallamos algunos de los signos que nos pueden indicar que algo está ocurriendo:
- Letra excesivamente grande o pequeña.
- Escritura muy rápida o muy lenta.
- Trazados gruesos y/o exagerados.
- Trazados muy suaves e imperceptibles.
- Continuas variaciones en el tamaño del grafema.
- Espaciamiento irregular entre letras/palabras.
- Desorganización en la hoja, no se puede mantener dentro de los márgenes.
- Uso incorrecto del utensilio de escritura.
- Letras irreconocibles.
- Errores y borrones.
- Evita o rechaza escribir.
- Escritura sucia.
- Aprieta mucho o poco al escribir.
María Nieto Tienda
Terapeuta Ocupacional
Unidad de atención integral a la infancia y adolescencia
Bibliografía
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