Neuromodulación del tibial posterior: una opción de tratamiento en la vejiga neurógena
En un post anterior hablamos de la relación entre la vejiga neurógena y la Esclerosis Múltiple (podéis consultarlo en este enlace: https://www.irflasalle.es/vejiga-neurogena-esclerosis-multiple/).
En este post os hablaremos de uno de los tratamientos de la vejiga neurógena, la Neuromodulación del tibial posterior.
Las distintas formas de presentación de la vejiga neurógena dependerán del nivel de la lesión, encontrándonos:
- Lesión cortical suprapontina: Aumento de la frecuencia y de la urgencia miccional con o sin pérdida de orina.
- Lesión espinal (por encima del núcleo sacro de la micción): urgencia y frecuencia miccional con o sin incontinencia, así como disinergia o descoordinación entre la vejiga y esfínter que puede acompañarse de retención urinaria.
- Lesión subsacral: vejiga con capacidad contráctil reducida, retención urinaria parcial o completa.
El tratamiento de fisioterapia dependerá de la sintomatología que presente el paciente en cada caso. Uniéndolo con el post anterior, la forma de presentación más común en la Esclerosis Múltiple es la hiperactividad del detrusor debido a lesiones suprapontinas (>60%).
En este caso, una de las técnicas más utilizadas en la afectación de la hiperactividad del detrusor en vejiga neurógena es la neuromodulación del tibial posterior.
La estimulación percutánea del nervio tibial posterior es una técnica mínimamente invasiva que ha demostrado ser efectiva en el tratamiento de síntomas del tracto urinario inferior en pacientes con o sin vejiga neurógena.
En el caso de la esclerosis múltiple (EM), distintos estudios han demostrado la eficacia del tratamiento percutáneo con neuromodulación del tibial posterior en hiperactividad del detrusor de origen neurogénico. Encontrando tras 12 semanas de tratamiento mejoría en la calidad de vida, la frecuencia miccional diurna y nocturna, así como el volumen miccional.
Pero ¿en qué consiste la técnica?
Las raíces nerviosas que salen de S2 a S4 son las raíces que inervan principalmente el musculo de la vejiga. El nervio tibial posterior tiene su origen en las raíces sacras anteriormente citadas. Existen varias formas de realizar la neuromodulación del tibial posterior, siendo las más utilizadas de manera invasiva o de manera superficial.
De manera invasiva consiste en la utilización de una aguja como electrodo, situándola 5 cm superior al maléolo interno de la tibia, es decir, en la cara interna de la pierna por encima del tobillo y otro electrodo superficial pegado a la piel por debajo del tobillo, siguiendo la trayectoria del nervio tibial posterior.
De manera no invasiva, se realiza igual que la anterior, pero con dos parches de superficie pegados en la piel, a modo de pegatina.
¿Cómo actúa?
Sea de manera superficial o invasiva, la técnica consiste en el paso de una corriente eléctrica analgésica entre ambos electrodos, que provocarían de manera retrógrada el reequilibrio entre los impulsos excitatorios e inhibidores que controlan la vejiga. Son varías las teorías sobre los mecanismos de acción de la neuromodulación del tibial posterior, no llegando a haber un claro consenso.
Desde el Clínica Universitaria recomendamos una valoración inicial con un fisioterapeuta experto en suelo pélvico que tras la exploración determine qué tipo de tratamiento es el más óptimo dada la sintomatología del paciente, ya que la neuromodulación del tibial posterior es una entre muchas herramientas de las que disponemos para abordar la vejiga neurógena.
Isabel Díaz
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