Actualmente se están llevando a cabo intervenciones quirúrgicas en hospitales como El Hospital Vall d´Hebrón (Barcelona) y en el Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla) a fetos, con resultado de secuelas mínimas, a través del uso de una técnica basada en el uso de colágeno y elastina para sustituir el cierre del tubo neural.
La espina bífida es una malformación congénita, es decir, de nacimiento caracterizada por la falta del cierre del tubo neural que forma la médula espinal entorno a las cuatro semanas de gestación, por lo que se produce la pérdida de tejido nervioso, o líquido cefalorraquídeo.
¿Por qué se origina?
Hoy en día hay consenso en la idea de atribuirlo a la combinación de factores genéticos, (la prevalencia puede aumentar del 1´8 % de afectados por cada 1000 habitantes al 5% en el caso de que exista ya un afectado en la familia) y a factores ambientales, (ausencia o escasez de ácido fólico o vitamina B en el organismo de la madre antes y durante el embarazo).
¿A qué afecta?
Afecta al Sistema Nervioso Central (SNC), al Aparato locomotor, y al aparato genitourinario, y en ocasiones implica la coexistencia de Hidrocefalia. Por tanto, las dificultades girarán en torno a la capacidad de aprendizaje en ocasiones, la movilidad y el desarrollo de actividades de la vida diaria.
¿Qué podemos hacer para prevenirla?
Es recomendable ingerir alimentos que contengan esta vitamina, tales como legumbres, vegetales de hoja verde, frutos secos…, o complejos vitamínicos de vitamina B, en mujeres en edad fértil, tres meses antes y durante la gestación en el caso de embarazos planeados y con antecedentes familiares de este trastorno, lo cual puede contribuir a reducir la aparición de la enfermedad hasta en un 70%.
Patricia Jiménez
Psicopedagoga en LASALLE Clínica Universitaria. Madrid.