¿Qué son las ondas de choque?
La utilización de ondas de choque se considera un tratamiento rehabilitador de carácter conservador. Se trata de aplicar una serie de ondas acústicas de alta energía, mediante un cabezal, a una determinada frecuencia sobre el punto doloroso con el objetivo de promover la curación del tejido y provocar un alivio de síntomas. La evidencia científica aún no ha conseguido determinar cuáles son los mecanismos neurofisiológicos implicados en el alivio del dolor al utilizar este abordaje, pero estudios de investigación barajan distintas hipótesis por las que resulta beneficiosa su aplicación en problemas musculo esqueléticos; en primer lugar, algunos estudios de investigación determinan que supone una estimulación sobre fibras nerviosas que seguidamente provoca una liberación de sustancias analgésicas, en segundo lugar, otros estudios señalan que puede existir un fenómeno de cavitación en el tejido que suponga una alteración a nivel celular encargada de la analgesia, además de suponer un aumento de la permeabilidad de la membrana a este nivel y por otro lado, otros estudios indican que el efecto puede venir dado por la teoría de la compuerta propuesta en un inicio por Melzack y Wall, según la cual mediante el estímulo generado por las ondas de choque podría provocar una hiperestimulación de los nociceptores (receptores que participan en el procesamiento del dolor) y es el motivo por el cual se genera dicha analgesia.
Existen dos tipos de ondas de choque; focales y radiales. Las ondas de choque focales suponen una mayor penetración en los tejidos, puede resultar más dolorosa su aplicación y se caracterizan porque concentran toda la energía en un punto. En cambio, las ondas de choque radiales, son aquellas que aplicamos en clínica sobre el tejido blando afecto como puede ser tendón o músculo.
Debemos tener en cuenta, como en todas las técnicas realizadas sobre los pacientes las posibles contraindicaciones para la aplicación de ondas de choque. No es recomendable aplicar dicha técnica en pacientes con infección, en presencia de inflamación aguda, en pacientes con polineuropatías, neoplasias o enfermedades reumáticas de carácter sistémico. Además, es relevante indicar que como posibles efectos secundarios que se pueden dar con la aplicación de ondas de choque destacan la presencia de hematomas, eritemas o un aumento de dolor temporal.
¿En qué situaciones es beneficioso aplicar ondas de choque?
Se ha observado que la aplicación de ondas de choque puede resultar un tratamiento no invasivo, eficaz y seguro. Aun así, es necesario realizar más estudios de investigación con el objetivo de determinar de forma más precisa cual es el protocolo de intervención más acertado en lo que a nº de sesiones, intensidad, frecuencia y tiempo de descanso entre sesiones se refiere. Se ha observado hasta el momento que la aplicación de ondas de choque de tipo radial con un total de entre 2000-3000 impulsos por sesión, variando la frecuencia en función de la profundidad de tejido, adaptando la intensidad en función de la tolerancia del paciente y ofreciendo un volumen de entre 1 o 2 sesiones a la semana con un total de 5 sesiones para el paciente en patologías como tendinopatías del músculo supraespinoso, tendinopatía aquílea, fascitis plantar o epicondilalgia lateral puede provocar una mejoría significativa sobre la intensidad de dolor.
Mónica Grande Alonso
Fisioterapeuta y Coordinadora de la Unidad de Trastornos Musculoesqueléticos.
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