Dislalias o trastornos de los sonidos del habla (TSH)
Para poder entender qué son los trastornos de los sonidos del habla (TSH) o dislalias debemos observar primero como lo cataloga el DSM5, en inglés Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders1. Este es un manual que contiene descripciones, síntomas y otras consideraciones de diferentes trastornos para poder establecer una etiqueta diagnóstica unificada. Los profesionales sanitarios nos guiamos para poder compartir información estandarizada a otros profesionales y usuarios utilizando los mismos razonamientos. Esta es su quinta edición y en consecuencia a estas revisiones, en ocasiones se denominan de forma diferente a patologías, dificultades o trastornos que ya tenían un nombre establecido. Como ocurre en este caso, las anteriormente denominadas “dislalias”, “trastornos articulatorios” y/o “trastornos fonológicos” ahora se conoce como “trastornos de los sonidos del habla”.
El TSH o dislalias es una dificultad persistente en la producción de los sonidos del habla que interfiere en la comunicación verbal, es decir, en la inteligibilidad de las emisiones en diferentes grados. Todo ello, a pesar de haber superado su edad de adquisición cronológica 1,4,5,6 y cuya causa no es atribuible a otras condiciones congénitas o adquiridas. La edad de adquisición cronológica se refiere al momento en que los diferentes fonemas deben estar adquiridos por la adecuación de los diferentes sistemas que interfieren (cognitivos y anatómicos), por ejemplo, como ocurre con los fonemas /m – p – b/ a los 3 años o el fonema /s/ en el que se establece su emisión regular alrededor de los 5 años o el fonema /R/ alrededor de los 6 2,3
Estas alteraciones se han establecido generalmente en tres grandes divisiones 5 y pueden ser:
- Fonéticas: demostradas en distorsiones (sonidos no definidos), sustituciones (cambio de sonidos, por ejemplo, con el /f/ o el /t/) u omisiones (no lo emite) de los diferentes sonidos durante su emisión aislada, en palabras o frases. Esta es la parte más comúnmente conocida y se relaciona directamente con la parte más articulatoria del proceso de habla.
- Fonológicas: probadas por un uso inadecuado de los segmentos contrastivos en su habla espontánea, a pesar de poder producirlos de forma aislada, que repercuten en procesos de simplificación (/diodico/ por /periódico/), asimilación (/telota/ por /pelota/) o transposición (/camarelo/ por /caramelo/). Estos en ocasiones se asocian a una alteración sensorial o lingüística, en el input o entrada de la información que compone el lenguaje.
- Fonético-fonológicas cuando coexisten ambas dificultades de forma simultánea.
Estas evidencias se producen de forma natural en el progreso oral pero se van reduciendo o eliminando en su desarrollo evolutivo haciendo cada vez más precisa su expresión 4. En este sentido, es el logopeda el profesional cualificado para realizar una valoración anatomofuncional en cuanto a la motricidad orofacial que presenta el usuario junto a pruebas de discriminación fonológica, memoria secuencial auditiva o integración fonémica, entre muchas otras 3. Con ello establece cuál es la dificultad concreta y se programa un tratamiento ajustado a sus necesidades. Es de vital importancia conocer por qué no se produce el sonido/sonidos ya que estas dificultades pueden, por ejemplo, debutar con alteraciones en la musculatura y/o estructuras implicadas (lengua, frenillo, labios, dientes, etc.) influyendo o viéndose influidas por otros procesos como la alimentación o también, si se trata de una dificultad fonológica influir en la adquisición de la lectoescritura.
En este sentido, es importante considerar que no existen ejercicios concretos que aceleren o mejoren espontáneamente estas dislalias o dificultades en producir los sonidos del habla, sino que es necesario establecer un minucioso plan de intervención dirigido durante las sesiones por el logopeda, pero reforzado y consensuado por el entorno en su contexto natural. Siendo así de vital importancia el trabajo coordinado con familiares y entorno educativo siguiendo todos las mismas líneas de actuación para subsanar y rehabilitar de la mejor forma posible los diferentes sonidos del habla.
Marisol Muñoz Salgado
Logopeda del Clínica Universitaria La Salle
Bibliografía:
- American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders, 5 Ed.
- Bosch, L. (1987). Los trastornos fonológicos en el niño. Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología, VII (4), 195-20.
- Cervera-Mérida, J.F. y Ygual-Fernández, A. (2003). Intervención logopédica en los trastornos fonológicos desde el paradigma psicolingüístico del procesamiento del habla. Rev Neurol, 36 (1), 39-53.
- Pávez, M., Maggiolo, M., Peñaloza, C. y Coloma, C. J. (2009). Desarrollo fonológico en niños de 3 a 6 años: incidencia de la edad, el género y el nivel socioeconómico. Revista de Lingüística Teórica y Aplicada, 47 (2), 89-109.
- Susanibar, F., Dioses, A., Marchesan, I., Guzmán, M., Leal, G., Guitar, B. y Junqueira, A.. (2016). Trastornos del Habla. De los fundamentos a la evaluación. Madrid: GIUNTIEOS Psychometrics
- Zambrana, N. y Brandão de Avila, C.R. (2021). Trastornos persistentes de los sonidos del habla en niños con y sin alteraciones del lenguaje: características fonológicas y desempeño motor oral. Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología, 41 (2), 82-92.