Signos de alarma en problemas de alimentación infantil
Contenido
Introducción:
La alimentación infantil se considera un proceso biopsicosocial, aprendido, que comienza como un reflejo, pero se convierte en un acto voluntario. Este aprendizaje está relacionado con aspectos del desarrollo, como habilidades motoras, cognitivas y sensoriales además de verse influido por aspectos emocionales y socioculturales.
El principal objetivo de la alimentación es cumplir una importante función, ya que se trata de la acción encargada de proporcionar energía para el correcto funcionamiento del organismo. Gracias a este proceso, las células del cuerpo adquieren los nutrientes necesarios y se mantienen hidratadas para poder desarrollarse adecuadamente durante toda la etapa vital y más concretamente durante la infancia.
En el proceso de alimentación, visto como una actividad con propósito, se tienen en cuenta aspectos cómo el control postural, de cabeza, el control motor general y el motor fino, además de la experimentación de distintas sensaciones en el momento de alimentarse.
Hitos del desarrollo
Es importante conocer el desarrollo de la alimentación infantil para identificar en qué etapa se encuentran y cuáles son las habilidades que debería de adquirir. De este modo, el nivel de exigencia que propongamos será más ajustado a sus capacidades evolutivas. Cuando hay un desfase de dos o tres meses en los hitos alimenticios y además este se acompaña también a nivel motor grueso, cognitivo o de comunicación, recomendamos acudir al neuropediatra u otros profesionales de referencia como logopeda, terapeuta ocupacional o fisioterapeuta para comenzar un trabajo de estimulación de dichas áreas y descartar patologías asociadas. En la siguiente tabla destacamos los hitos del desarrollo más importantes de la alimentación infantil según cada etapa:
EDAD | DESARROLLO/ITEMS |
0-3 meses | Reflejos de búsqueda y succión activos
Buena coordinación en la secuencia entre succionar- tragar-respirar Lengua parece plana y en forma de copa Movimiento global de mandíbula, lengua y labios Deglución refleja Alimentación: líquido |
4-6 meses
|
Reflejo de búsqueda integrado.
Disocia deglución de succión Lengua y mandíbula se siguen moviendo en unidad, pero comienzan movimientos lengua. Se pueden introducir triturados suaves y lisos (papillas). En tal caso, es alimentado con cuchara y puede hacer el gesto de anticipación de la misma. Está presente el reflejo de extrusión como mecanismo de protección de posibles atragantamientos. Comienza a llevar su mano u objetos a la boca para chupar o succionar. Al final del periodo mantiene sedestación corta estable con apoyo de manos. |
6-9 meses | Es capaz de transferir comida desde delante hacia atrás con la lengua para posterior deglución.
Capaz de transferir comida de un lado al centro y viceversa. Inicio de la Alimentación Complementaria. Puede comer alimentos finamente picados y pequeños trozos de comida blanda como, por ejemplo: manzana asada, aguacate, plátano (todo aquello que se pueda aplastar con las encías y la lengua). Inicia movimiento de mascado (arriba-abajo). Sabe coger con el puño trozos de alimentos del tamaño de un finger de pollo y llevárselos a la boca. Empieza a beber de vaso o taza, aunque la mandíbula está inestable. Dificultad con la secuencia succionar-tragar y respirar. Usa patrón de succión con el vaso. Al final de la etapa es capaz de seguir alimento con los ojos y comienza a coger trozos de alimento con el índice y pulgar. Movimientos de la lengua más variables, comienza a disociar lengua, mandíbula y labios. Separa consistencias con su lengua. Utiliza los labios para sacar la comida de la cuchara. |
10-12 meses | Comienza a comer alimento picados gruesos y pequeños trozos de carnes fáciles de masticar como, por ejemplo: pescado, carne picada, o pollo.
Al final de esta etapa el niño puede tomar comida con grumos y puede separar los grumos que necesiten mayor masticación. Buena coordinación ojo mano boca (coger taza y llevarla a la boca). Labios activos al masticar, puede perder saliva o comida al hacerlo. Capaz de limpiarse el labio inferior con los dientes. Incremento de la estabilidad mandibular. Comienza la masticación rotatoria. Habilidad para chupar cuchara. |
13-15 meses | Movimientos de la lengua para lateralización y propulsión posterior del bolo.
Aumento de la activación de los labios para sacar comida. Comienza habilidad para masticar con los labios cerrados. Patrón eficiente de masticación rotatoria. Habilidades para beber más refinadas. La punta de la lengua se levanta para explorar el paladar. Puede aprender a beber de pajita. Movimientos de limpieza integrados en el mascado. Al final de la etapa el niño es capaz de controlar su babeo cuando hace actividades motoras gruesas recién aprendidas, pero si puede babear cuando mastica. |
16-18 meses | Patrón de masticación rotatorio con una integración de los movimientos de lengua labios y mandíbula más fluidos.
Lengua labios y mandíbula ya hacen movimientos más coordinados y diferenciados. Es capaz de graduar la apertura de la mandíbula según el alimento. Perdida mínima de alimentos durante la masticación. Bebe de taza sin que se caiga líquido. Capaz de manejar texturas mixtas. |
19-24 meses | Mastica carnes adecuadamente.
Transfiere bolo y comida de un lado a otro sin pasar por el centro. Retracción de la lengua al tragar. Usa la lengua para limpiar los labios. Más eficiencia al beber. |
25 a 26 MESES | Estabilización interna de la mandíbula.
Elevación de la punta de la lengua al tragar. Se observa más control de la graduación mandibular y una disociación total de los movimientos de la cabeza con masticar. Movimiento de la lengua más refinados . |
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Signos de alarma:
A continuación, detallamos algunos signos que pueden indicar que existen dificultades en la alimentación infantil (es necesario que se den varios de estos signos de forma repetitiva):
- Durante la lactancia, chupado deficiente o dificultad para agarrarse firmemente al pezón.
- Poco aumento de peso o pérdida de peso.
- La comida es un momento muy estresante tanto para el niño como para el adulto.
- Constantes regurgitaciones o escape de la leche por la nariz al deglutir.
- No tiene o ha tenido interés por explorar oralmente objetos y juguetes.
- Problemas con vómitos al tratar de comer o beber.
- Poco interés o respuesta negativa ante la presentación oral del alimento.
- No es posible la transición de los purés a la comida a los 10 meses de edad.
- Incapaz de aceptar cualquier alimento sólido a los 12 meses de edad.
- Incapaz de hacer la transición del biberón a una taza a los 16 meses de edad.
- Rechazo o preferencia por ciertas texturas, sabores, olores, colores, temperaturas o formas.
- Repertorio de alimentos muy limitado.
- Periodos de alimentación excesivamente largos (más de 45 minutos).
- Picos de fiebre repetitivos sin causa aparente.
- Asfixia, náuseas o toser durante las comidas.
- No mastica o solo succiona.
- Hay escape de saliva o alimento por los labios al comer o al estar haciendo cualquier otra actividad.
- Numerosas degluciones para poca cantidad de alimento o líquido.
- Ansiedad y rabietas cuando se le presentan nuevos alimentos.
- Requiere que uno o más alimentos siempre estén presentes en la comida preparados de la misma manera.
- Negación a probar nuevos alimentos.
- Problemas de conducta (PICA, escupir, tirar o tocar alimento, comer de pie, inflexibilidad ante el cambio de entorno).
El rol del Terapeuta Ocupacional en la alimentación
La Terapia Ocupacional (TO) en la infancia engloba aquellas situaciones en las que el niño presente alguna limitación en la participación, de tal modo que la alimentación es una de ellas. Por ello debemos de recordar cómo hemos dicho al inicio que hay diversos factores que hacen que los niños tengan problemas con la alimentación, por lo tanto, se deben de abordar estas dificultades desde un equipo interdisciplinar. El marco de trabajo para la práctica de la TO sustenta la terapia ocupacional dentro de un equipo interdisciplinar para trabajar los problemas en la alimentación infantil.
Nuestro rol cómo terapeutas ocupacionales dentro de este equipo sería evaluar cómo las habilidades motoras, de procesamiento sensorial, de posicionamiento y de autoalimentación están afectando en el rendimiento funcional del niño en el momento de la alimentación, para después poder reeducar o reentrenar esas habilidades. Además, es importante la adaptación del entorno o la elección y el entrenamiento en productos de apoyo.
El rol del Logopeda en la alimentación
La logopedia trabaja con las dificultades de deglución, es decir, con aquellos problemas que impliquen la alimentación desde que se introduce la comida o bebida en la boca, hasta que esta es transportada al estómago tras ser transformada adecuadamente para poder digerirse. Estas dificultades pueden venir por una patología que curse con disfagia o bien por algún problema anatómico que dificulte este proceso deglutorio por estructuras óseas o funcionalidad muscular.
Nuestro rol como logopedas es evaluar el proceso deglutorio y las estructuras anatómicas para ver su funcionalidad en el momento de la alimentación, de tal forma que establezcamos unos objetivos para trabajar la fuerza, tono y estrategias motoras para que comer y beber sea seguro y efectivo. También podemos trabajar con los reflejos orales para irlos instaurando y dejar paso a nuevas capacidades.
María Nieto Tienda
Alejandra Barbero Esteban
Terapeutas ocupacionales de la unidad de atención integral a la infancia y adolescencia del Clínica Universitaria La Salle
Irene Rico Ezequiel
Logopeda de la unidad de atención integral a la infancia y adolescencia del Clínica Universitaria La Salle
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